C. S. Lewis, (1898-1963), crítico, académico y novelista inglés.
Nació en Belfast (Irlanda). Estudió en escuelas privadas y completó su formación en la Universidad de Oxford. Fue tutor y miembro del consejo de Gobierno de Oxford entre 1925 y 1954. Posteriormente dio clases de literatura medieval inglesa en la Universidad de Cambridge.
Su cultura literaria, filosófica y teológico fue impresionante, al igual que lo fueron su imaginación y talento de escritor. A estas condiciones une una profunda religiosidad cristiana actual y, como sostienen algunos comentaristas, "de vuelta" de todas las tentaciones contemporáneas.
Conoció a J. R. R. Tolkien, con quien fundó en 1939, junto a Charles Williams y Owen Barfield, el Club de los Inklings para discutir sobre literatura y filosofía.
Sus obras más célebres son (traducidas al castellano): Los Cuatro amores, Mientras no
tengamos rostro, El diablo propone un brindis, Cartas del diablo a su sobrino, El problema del dolor, Mero Cristianismo, Dios en el banquillo, El gran divorcio, Lo eterno sin disimulo, Las Crónicas de Narnia y la Trilogía de Ransom.
C. S. Lewis fue ateo durante muchos años, hasta que en “el trimestre de verano de 1929 –escribe él mismo-, admití que Dios es Dios”, hecho que nunca ocultó y que supuso un cambio radical en su vida, lo cual quedó reflejado en la totalidad de su obra a partir de ese momento.
Siempre vigilante a la actualidad, sensible a los problemas del hombre, no perdía ocasión para dar un testimonio de verdad intemporal. Cualquier oportunidad era propicia para hablar, escribir, impugnar, rebatir, contradecir y pelear con argumentos lógicos, como ecuaciones precisas de la geometría divina.
Lewis explicó y defendió la fe cristiana al hombre de hoy y lo hizo poniendo su talento y sus conocimientos al servicio de Dios. Murió el 22 de noviembre de 1963, el mismo día que asesinaron al presidente Kennedy. Contaba 65 años de edad.