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Dr Livinstone, supongo ...
 Muchos hablan de David Livinstone como gran viajero, pero pocos conocen acerca de su caracter misionero y lo que le movía a trabajar en lejanas tierras.
Henry M. Stanley dice del Él:
"En 1871 fui a África con los prejuicios del ateo más recalcitrante de Londres. Pero, allí, tuve mucho tiempo para reflexionar. Fui allí, lejos del mundo, solitario y pregunté: "¿Por qué habrá venido este hombre aquí? ¿Está bien de la cabeza? ¿Qué es lo que le inspira?" Durante meses, después de haberle encontrado estuve escuchándole, maravillándome viendo que hacía todo lo que decía la Biblia: "Dejadlo todo y seguidme". Pero, poco a poco, esta simpatía se hizo contagiosa. Al ver su piedad, su mansedumbre, su interés por el trabajo, su sinceridad, y lo quietamente que hacía su deber, yo mismo me convertí, aunque no había intentado hacerlo."
Esta alma heroica, el 14 de mayo de 1873 fue hallado muerto, de rodillas, en Chitambos, un poblado de Ilala, al sur del lago Bangweolo, y dos fieles indígenas, a quienes había rescatado él de la esclavitud, llevaron su cuerpo a hombros, casi quinientos kilómetros lejos, a Zanzíbar, desde donde fue llevado a Inglaterra. Se le enterró en la abadía de Westminster, entre las lágrimas de los nobles y los grandes. Verdaderamente, fue el amor de Jesucristo quien le puso allí y su amor a la Biblia que le capacitó; y como resultado de su servicio sacrificial a África, la Palabra de Dios fue puesta en catorce lenguas indígenas.
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