“¿La vida es triste o alegre?” preguntó curioso el alumno a su profesor. Éste reflexionó durante unos segundos y después de madurar la respuesta dijo: “Mira, la vida no es triste ni alegre. Es seria.”
Así es, querido oyente. Aunque en la vida existan espacios dominados por la satisfacción y la alegría u otros impregnados de tristeza, siempre debemos ser serios y responsables en relación al don de vivir. Por ello, permíteme apuntarte algunas reflexiones relacionadas con la vida:
La vida es valiosa, de un valor incalculable, llena de esperanza es siempre una magistral obra del Creador.
La vida es frágil, con grietas en su estructura. No somos dueños de todos nuestros pasos.
La vida es efímera, breve, corta, tan rápida como volátil.
La vida más hermosa, la única con sentido eterno, es aquella en la que Jesús es su constructor. Siéndolo, Él creará felicidad, equilibrio, paz, armonía, perdón verdadero y vida eterna.